Denuncian a David Medina ante Segob
Indígenas afirman que sus comunidades están en el abandono
Cansados del abandono institucional y de lo que califican como un "gobierno indiferente", decenas de indígenas pertenecientes a comunidades Tének de Ciudad Valles marcharon pacíficamente hacia las instalaciones de la Secretaría de Gobernación (Segob) en la Ciudad de México, en un acto que visibiliza la crisis social que atraviesan los pueblos originarios bajo la administración de David Armando Medina Salazar.
Los manifestantes, integrantes de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) en San Luis Potosí, denunciaron las deplorables condiciones en las que viven: caminos intransitables, ausencia de agua potable, nulo apoyo al campo y un acceso prácticamente inexistente a servicios de salud digna. La manifestación, más que un reclamo político, fue una exigencia de vida digna y justicia social.
"Estamos cansados de que nuestras comunidades sigan siendo ignoradas. No pedimos privilegios, pedimos justicia y trato digno", afirmó Pedro González Gómez, Dirigente Estatal de la CIOAC, durante la protesta frente a la Segob. Sus palabras retumbaron como eco del hartazgo acumulado durante años y acentuado durante la gestión del actual Alcalde.
Las acusaciones apuntan a una discriminación estructural y a una omisión sistemática de los derechos de los pueblos originarios, responsabilidad que —según los líderes indígenas— recae directamente en las políticas municipales implementadas (o ignoradas) por Medina Salazar.
La organización advirtió que su presencia en la Capital del país busca establecer un canal directo de diálogo con las autoridades federales, luego de haber agotado todas las instancias locales sin respuesta. Está previsto que este jueves personal de la Secretaría de Gobernación reciba formalmente las demandas de los manifestantes.
Además de las comunidades de Ciudad Valles, también se sumaron personas de otros municipios con problemáticas similares, dejando en evidencia que el olvido institucional hacia los pueblos indígenas en la región no es un caso aislado, sino un patrón que se repite.
Para los manifestantes, la indiferencia también es una forma de violencia.
