
La bola de fuego fue un meteoroide
Cruzó el cielo huasteco a más de 70 mil kilómetros por hora
La impresionante bola de fuego que iluminó el cielo huasteco y estremeció la tierra con un estruendo la tarde del sábado sí era un objeto del espacio exterior. Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han confirmado que se trató de un meteoroide que entró a la atmósfera terrestre con una velocidad tan feroz que generó una explosión sónica visible desde varios municipios de San Luis Potosí.
Los doctores Raúl Gutiérrez Zalapa y Ernesto Aguilar Rodríguez, del Instituto de Geofísica Unidad Michoacán (IGUM), junto con el doctor Mario Rodríguez Martínez, del Laboratorio de Ciencias Geoespaciales (LACIGE) de la ENES Morelia, analizaron imágenes y videos captados por testigos y determinaron que el fenómeno fue causado por un bólido, es decir, un fragmento de roca espacial —posiblemente del asteroide 2025 KS8— que al ingresar a la atmósfera a más de 70 mil kilómetros por hora, se incendió y se fragmentó en pleno vuelo, dejando tras de sí una estela de luz y un estallido estremecedor.
Según el análisis, el meteoroide medía entre 0.5 y 2 metros de diámetro, y su desintegración se dio a una altura estimada de entre 25 y 35 kilómetros sobre la superficie. El modelo astronómico DAEDALUS, desarrollado por la UNAM, permitió calcular su trayectoria y confirmar que no representó peligro alguno para la población.
El destello fue visible en localidades como Aquismón, Tamasopo, Tamazunchale y Ciudad Valles, donde incluso se montó una búsqueda ante la posibilidad de caída de restos. Las redes sociales explotaron con teorías y especulaciones, pero hoy, la ciencia despeja las dudas: fue una visita fugaz desde el espacio profundo.
Los expertos aclararon que este tipo de fenómenos, aunque espectaculares, son relativamente comunes y la mayoría de los objetos celestes que ingresan a la atmósfera se desintegran por completo antes de tocar tierra.
La Coordinación Estatal de Protección Civil reiteró su llamado a mantener la calma y seguir informándose solo por vías oficiales, mientras el cielo de la Huasteca guarda el recuerdo de una tarde en que el universo pareció tocar la Tierra.