
Medina tiene un "cochinero"
La incapacidad del alcalde David Armando Medina Salazar para garantizar el manejo adecuado de los residuos sólidos urbanos quedó exhibida esta semana, luego de que la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (Segam) clausurara temporalmente el relleno sanitario municipal por incumplir con las normas ambientales, lo que amenaza con detonar una crisis ambiental de proporciones graves.
El pasado miércoles por la tarde, inspectores estatales colocaron los sellos de suspensión tras detectar irregularidades alarmantes: fumarolas activas en varias celdas del sitio, que representaban un peligro latente y fueron la causa directa de los recientes incendios en el lugar. La evidencia del desastre ambiental fue irrefutable, y la respuesta de la Segam no se hizo esperar: clausura inmediata.
Mientras el municipio intenta minimizar el problema, lo cierto es que esta situación es producto directo del desorden, la omisión y el desinterés del gobierno de David Medina. Durante años, el sitio ha operado al borde del colapso, sin control ni supervisión adecuada. Ahora, la bomba estalló.
Aunque el sitio fue reabierto este 12 de junio tras negociaciones entre funcionarios municipales y la Segam, el daño ya está hecho. Las autoridades estatales otorgaron un plazo de cinco días hábiles para corregir las deficiencias, entre las que destacan la limpieza urgente del lugar, orden en el confinamiento de residuos y la prohibición de que pepenadores habiten el sitio, una práctica común tolerada por el propio Ayuntamiento.
Los funcionarios municipales, encabezados por el propio Medina Salazar, prometieron subsanar las anomalías. Pero prometer no es cumplir, y la ciudadanía lo sabe. Mientras tanto, una fila de camiones cargados con basura esperaba su turno para descargar en un lugar que ya es, por sí mismo, un foco de contaminación.
El relleno sanitario de Ciudad Valles es hoy el reflejo del desastre administrativo que arrastra el Gobierno local. Más que un tema ambiental, se trata de un problema de autoridad, responsabilidad y voluntad política. ¿Hasta cuándo aguantará el Municipio las consecuencias de un gobierno incapaz de resolver lo más básico?